Hace unos años mi hermanita me regaló esta piedra tan especial. Estuvo mucho tiempo en un cajón, sin encontrar un lugar adecuado. El otro día me dio por rodearla con delicas. Completé el collar con mi nudo celta favorito.
Al terminarlo le encontré cierto aire élfico. Así que lo bauticé con el nombre de Luthien Tinúviel, que renunció por amor a la inmortalidad.
Al final yo me sé de alguien que va a reclamar el derecho sobre tantas cosas bonitas hechas con delicas ;).
ResponderEliminarjajaja