Ayer, me encontré en el cajón, buscando algo totalmente distinto, unas cuantas gomas de borrar, que había comprado hace un par de años con la intención de aprender a tallarlas para estampar. Hice un par de sellos y no terminaron de convencerme, así que lo arrinconé y no volví a acordarme. Pero, al encontarlas decidí darles una segunda oportunidad y, la verdad, es que no pude parar en toda la mañana. El resultado son estos diez sellos, inspirados en el bosque. Muchos de estos diseños están sacados de mis broches de fieltro. Estoy contenta porque se nota la mejora del primero al último. La pena es que casi he terminado con las gomas.
Me gusta mucho el efecto de estampar varios sellos con tintas de diferentes tonos de un mismo color.