Esta semana fue el cumpleaños de mi hermana. Poco a poco se está
convirtiendo en toda una repostera, y de regalo quería accesorios para
hacer cupcakes. Si hace un par de años costaba encontrar una manga
pastelera medio decente, ahora han proliferado, como setas en noviembre,
tiendas donde especializadas donde cada boquilla de la manga tiene
número. Así que tras hacer acopio de valor y sangre fría para no
llevarme toda la tienda, compré unos cuantos detallitos.
Los envolví
con papel kraft, blondas, washi tape, sellos y pseudobaker twine. Sé que no es una forma de empaquetar muy original, pero hay que reconocer que quedan vistosos, se hacen en poquísimo tiempo y, además, no sale nada caro. Y,
aunque hay cientos (miles) de empaquetados similares por todo
pinterest no me he resistido a hacerle unas fotos para que los
viérais.
Y de paso os enseño mi taza preferida (de esta semana), un enamoramiento instantáneo al que no pude resistirme.
