
Tímidamente se asoma la navidad a los escaparates de las tiendas y empieza a oler a polvorones en los supermercados, y, así que, esta pequeña ventana al mundo que es mi humilde blog, no podía ser menos. Este año he probado las galletas de jengibre por primera vez, riquísimas y preciosas, como todas las galletas caseras.


Tan bonitas que daba pena comérselas. Por suerte estas durarán todo el año.
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