
Con tantos días de lluvia, que de mis manos saliera esta muñeca fue casi inevitable. Siempre digo que la inspiración no hay que buscarla, que sale a buscarte y te lleva de la mano. Acompañando a esta nube de cara soñadora, va una pequeña gotita de lluvia, que puede usarse como broche, y que no me he resistido a estrenar.

Me gusta la lluvia, me encanta escucharla repiquetear en el altillo con un libro entre las manos, nunca me he quitado la manía de chapotear en cada charco que encuentro, me encanta el olor a limpio que deja tras ella, como si el día se hubiera lavado la cara. Pero, después de tantos días, ¡necesito un poco de sol!

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