Tengo libros nuevos, regalados, heredados, de segunda (o cuarta) mano, libros que alguien olvidó o tiró y que llegaron a mis manos como pequeñas sorpresas imprevistas (siempre le doy una oportunidad a los libros encontrados porque están libres del peso de expectativas y prejuicios), tengo libros que nunca he abierto (y que no estoy segura de que vaya a hacerlo alguna vez), libros que he abandonado tras haber leído sólo un puñado de páginas y libros a los siempre querré volver. Mis favoritos, son esos libros sobados, leídos y releídos tantas veces que el papel adquiere una textura especial y cuyo volumen es el doble del que tenían cuando aún olían a libro nuevo porque, entre sus hojas se ha colado, a hurtadillas, una parte de mi vida.
Hay un libro para cada
ocasión. Libros para llevarte a la playa, para leer en el autobús, lecturas para
las que se requiere silencio y calma absoluta e incluso un estado de ánimo concreto,
libros que llegan demasiado pronto o demasiado tarde, libros que hacen del
lenguaje algo tan exquisito que, más que leerlos, quisieras paladearlos como si
se tratara de un vino de una buena cosecha y hay malas novelas absolutamente
imprescindibles. Creo que fue uno de los personajes de “La sociedad literaria y
el pastel de patata de Guernsey” que decía algo así (cito de memoria): “Leer
buenos libros te impide disfrutar de los malos”. Me encanta la frase pero no
puedo estar de acuerdo. Creo que son los malos libros los que te ayudan a ver
la grandeza de los buenos y que se puede disfrutar (y mucho) de una novela con
escasa calidad literaria sin vergüenza ni sonrojos.
Pero de vez en cuando,
entre las decenas de libros que se cruzan en mi camino a lo largo del año,
aparece “el libro”. A priori es imposible reconocerlo por su olor ni por su
aspecto. Está camuflado, jugando al escondite, entre los libros de la
biblioteca, las novedades de la librería o en la colección de un amigo. Pero
cuando empiezo a leerlo me atrapa y soy incapaz de parar. La relatividad se
hace patente, ya que el tiempo se detiene y luego se desliza tomando la
cadencia que dictan un manojo de hojas escritas, silenciando los relojes de la
casa. Los contornos de la habitación se difuminan y paso a habitar en un
universo que no es el mío, con sentimientos prestados, donde todo queda
postergado y me es imposible evitar sucumbir al impulso de seguir leyendo. Me
dan horas indecentes, perdida entre las la letras, con los ojos enrojecidos,
aplazando todas las tareas pendientes, incluso la sed o el sueño. Una parte
pequeñísima de mi cerebro todavía es consciente que al día siguiente me espera
un trabajo y una vida, que han pasado a un segundo plano. Las hojas vuelan bajo
mis dedos, en el impulso irrefrenable de llegar a un destino que, haga lo que
haga, seré incapaz de cambiar.
Y, cuando termino la
última página, me inunda una sensación de melancolía, porque, aunque siempre
puedo volver, sé que nunca será exactamente igual que la primera vez. Mientras
acaricio por última vez el lomo, antes de colocarlo en mi estantería de
imprescindibles, alguien me abraza y me sonríe dándome la bienvenida,
alegrándose de que esté de vuelta de un viaje en el que no pudo acompañarme. Y,
entonces, sólo entonces, me doy cuenta de lo bueno que es estar de nuevo en
casa.
En unas pocas horas será el Día del
Libro, así que quiero dedicar una entrada a La historia interminable, El señor de los
anillos, Cien años de soledad, La Isla del Tesoro, Harry Potter, 20.000 leguas
de viaje submarino, Jane Eyre, Tokio Blues, Las puertas de Anubis, Los juegos del hambre, Historia de dos
ciudades, La voz de los muertos, Canción de hielo y fuego, Hyperion, Los propios dioses, Crimen y castigo, Orgullo y prejuicio, Cumbres
borrascosas, Elantris, El lobo estepario, Norte y Sur, Los tres mosqueteros,
Grandes esperanzas, El Principito, a Gerald
de Rivia, Mundodisco, a Miles Vorkosigan , Crónicas marcianas, Los cuentos de
Poe, Merlín e familia, … y a todos los
libros que me han hecho sentir justamente así alguna vez.
A veces pienso en los libros cerrados, con la certeza absoluta de que encierran mil mundos ... Y abrirlos, y enfrentarte a esas páginas que durante un tiempo te acompañarán... Una de las mejores experiencias, sin duda.
ResponderEliminarEstá muy bien eso de perderse o encontrarse entre las páginas de un libro. A veces me lamento por todos los libros que nunca tendré tiempo a leer. Me encanta verte por aquí.
EliminarImposible leerte y no contarte lo impresionada que me has dejado...cada vez escribes mejor, me emocionas...eres como el mejor de los libros.
ResponderEliminarUn besiño.
Menudo piropazo, totalmentemente inmerecido pero te lo agradezco de corazón. Besitos.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVaya !!! He eliminado por error mi comentario !!!! Menuda entrada, esto es un regalo para todos los que seguimos tu blog. Comparto todas la emociones que has descrito de forma tan magistral , Mis libros son uno de mis más preciados bienes , son pequeños tesoros que contienen mil vidas ,mil emociones ,miles de escenarios , mil personajes, mil...... Está claro que eres una gran devoradora de historias y me ha gustado leer como te sumerges en ese mundo tan fantástico hasta perder la noción del tiempo . Me apena pensar que la tecnología pueda llegar a arrebatarnos ese placer ,casi ritual ,de pasar las páginas una a una , de acariciar el lomo de esa gran historia que releerás una y otra vez , el olor de las páginas de un libro que abres por primera vez y el del libro que has releído tantas veces que los bordes ya han adquirido ese precioso color sepia. Ojalá que los libros no dejen nunca de formar parte de tu vida y que siempre sean un lugar en el que perderte y vivir otras historias , en muchas ocasiones un buen libro te ayuda a sobrellevar momentos difíciles, creo además que un buen libro no siempre es el más galardonado ni el mejor escrito, a veces es simplemente el que te toca el alma con una historia especial. Bicos !!!!!!
ResponderEliminarEs que un libro es una oportunidad de vivir otra vida que no es la tuya, y ahí radica su magia. Es cierto que resistí durante mucho tiempo al libro electrónica, pero me lo regalaron y no puedo estar más contenta con él, sobre todo porque puedo acceder a libros raros o descatalogados y porque el espacio estaba empezando a ser un problema. Pero si un libro me gusta de verdad lo vuelvo a comprar en papel, para poder sobarlo como se merece. Muchas gracias por tus bonitas palabras. Besitos.
EliminarAmiga mía, después de leer emocionada esta entrada no puedo llamarte de otra manera... Buceando entre los títulos que haces brillar con tus palabras, traes a mi memoria momentos mágicos pasados junto a los personajes de esos libros, lágrimas con sabor agridulce al cerrar las tapas y concluir una historia... ay, Paloma, si es que la distancia ha hecho que no nos conozcamos en persona, si no te digo yo que amigas del alma... Besinos
ResponderEliminarTendré que trabajar en el tema del teletransporte, para poder invitarte a bizcocho cualquier día de la semana y hablar de libros y otra cosas bonitas.
EliminarAhora no tengo tanto tiempo aunque cuando me atrapa un libro lo disfruto, es un placer ,como lo es tambien leer tus entradas , cada vez te vas superando , escribes que llega al alma , me encanta leerte.
ResponderEliminarTenemos que reclamar días de más horas para poder dedicarlas a las cosas que nos gustan... para mi también es un placer que me dejes entrar en tu mundo.
EliminarHas descrito muy bien como nos atrapan algunos libros, que hasta nos hacen perder la noción del tiempo.
ResponderEliminarAún me faltan algunos por leer de tu lista de favoritos ;)
Coincido con lo que te comentan más arriba, cada dia me gusta más como escribes.
Pues como dice Paula (tres pompones) eres muy afortunada y me das un poquito de envidia , porque vas a poder disfrutarlos por primera vez. Me voy a ver tus dibujos de esta semana, que ya tienen que estar rondando por tu blog.
EliminarPor favor. A tus pies totalmente y para siempre. Porque este post es como esos libros que dices que paladeas y que relees y en los que te cuesta la vida pasar de párrafo porque las frases y las palabras son tan excelentes, tan perfectas, tan musicales que te resistes a dejarlas atrás.
ResponderEliminarEso quería decir yo en mi post cuando hablaba de la envidia que me dan mis pompones, sin haber leído jamás a Pratchett. Ellos abrirán un libro y sentirán algo a lo que yo no puedo volver, ellos todavía no se han emocionado con algunas palabras que sé que algún día les llenarán la cabeza de mundos paralelos, ilusiones y sueños. Lo tienen todo por delante.
Solo me queda decirte que eres mi alma gemela, porque mi lista de libros viene siendo exactamente igual que la tuya, con mucho Julio Verne, Stevenson, Poe y esas Puertas de Anubis que me alucinaron tantísimo que nunca las he podido superar. Un beso gordo como un mi ejemplar de La historia interminable (que ya es el segundo, porque el primero murió en acto de servicio, leído y releído hasta que se descosió).
Mejor al suelo las dos, y hacer la croqueta si hace falta. Lo que decía más arriba, habrá que trabajar en el teletransporte, porque una forma de superar un buen libro es comentarlo, y me encantaría poder hacerlo contigo al abrigo de un té y unos bizcochos.
EliminarUna entrada fantástica que, en si misma, es lo que describes, sumergirte en una lectura que no puedes dejar porque te ha atrapado. ¡Felices lecturas!
ResponderEliminarBesitos
Besitos para ti también, preciosa.
EliminarPreciosa entrada, para mi los libros son parte de mi vida, no recuerdo un solo día en el que no haya leído al menos una página. Besos!!
ResponderEliminarTengo que reconocer que he tenido etapas de sequía lectora, cuando parece que no hay nada en el mundo que me apetezca leer, y esos momentos siempre hacen que me sienta un poquito huérfana.
EliminarUna vez más, has hecho que me pusiera a recordar con libros que tenía olvidados desde hace tiempo y con esa sensación que se tiene al finalizar un libro, de alegría por haberlo devorado, pero a la vez, de tristeza por haberlo terminado y saber que cuando lo vayas a volver a leer, no será lo mismo. Tú lo has descrito mucho mejor y nos has hecho soñar un poquito con ese momento. Gracias
ResponderEliminarHay libros que incluso dejan resaca, y todo lo lees justo después de sabe a poco. Siempre es buen momento para volver a los libros que nos han dado buenos momentos.
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